Fetichismo
Según el manual de diagnóstico de los trastornos mentales, el
fetichismo se encuentra dentro de la categoría de parafílias,
ubicada a su vez dentro de la categorización mayor de "Trastornos
sexuales y de la identidad sexual".
El Fetichismo se define como fantasías sexuales recurrentes y altamente
excitantes, impulsos sexuales o comportamientos ligados al uso de objetos
no animados (por ejemplo ropa interior femenina) durante un período
no inferior a los seis meses. El manual indica que estas fantasías
e impulsos sexuales provocan un malestar clínicamente significativo
o un deterioro social, laboral o de otras áreas de la actividad del
individuo. Diferencia también al fetichismo del fetichismo travestista
(cuando se trata de que el individuo masculino se viste con ropas femeninas).
También menciona como fetiches a los aparatos diseñados con
el propósito de estimular los genitales (como un vibrador).
La definición lleva implícita la concepción clásica,
pero otras lecturas permiten pensar que esa definición resulta bastante
acotada. Es posible ver conductas fetichistas menos marcadas, o personas autodefinidas
como fetichistas que no sufren de un malestar significativo al respecto. En
los hechos casi todos los varones presentan alguna connotación fetichista,
y desde una lectura un poco más extremada puede llegar a ubicarse como
fetiche cualquier objeto o recorte de un objeto.
El fetichismo envuelve el responder con excitación sexual a algún
objeto, situación o parte del cuerpo en vez de responder a un ser humano.
El uso de ropa interior o el imaginarse ciertas partes del cuerpo de una persona
que le gusta a uno durante la masturbación es relativamente común
y no debe confundirse con el fetichismo. Es fetichismo cuando la persona no
puede funcionar sexualmente si le falta el objeto de interés. Una variedad
enorme de objetos pueden servir de objeto del fetichismo y aparentemente sólo
está limitado por la creatividad de la imaginación de muchas
personas. Se ha sugerido que la habilidad del objeto de producir excitación
sexual se desarrolla a través de un proceso de acondicionamiento clásico.
El apareamiento del objeto con la excitación sexual producida en la
interacción produce que el cuerpo responda con excitación sexual
en una futura instancia de ver ese mismo objeto. La relación entre
el objeto y la reacción sexual se intensifica mientras más se
repita ese apareamiento de los dos estímulos.
El fetichismo es relativamente común, es visto mayormente en hombres,
y rara vez produce problemas con la ley, a no ser que la persona que sufre
del fetichismo le de por robar los objetos de fetiche. El fetichista pudiera
entrar en las casas o apartamentos para robarle alguna prenda de ropa interior
a una mujer. Sin embargo, en casos extremos (y cabe decir muy infrecuentes)
el fetichista pudiera matar y mutilar a sus víctimas para obtener alguna
parte del cuerpo de la persona que es el objeto del fetichismo.
Debido a lo privado que es esta parafilia, la mayor parte de los fetichistas
mantienen su predilección oculta, aunque muchas veces la comparte con
sus parejas sexuales quiénes no encuentran inconvenientes en acomodar
los gustos de él. Una forma intensa de fetichismo es el travestismo.